El mejor lugar para practicar yoga es la naturaleza. Junto a los árboles, en contacto con la tierra, bajo el cielo, absorbiendo la luz del sol, respirando el aire fresco, sintiendo la lluvia, escuchando a los pájaros. La naturaleza es nuestro hogar. Nos da prana, la energía vital para vivir. Sin ella, morimos poco a poco. Nos desvitalizamos, nos quedamos sin energía. Nuestras células se quedan sin fuerza. Nuestra piel se vuelve gris apagada, sin vida y sin brillo, nuestros ojos inexpresivos. Nuestra alma se vuelve inquieta. Nuestra mente confundida y agitada. Nuestra respiración incompleta y el aire tóxico. Nuestros sentimientos son densos. La vida sin sentido.
Somos parte de la naturaleza, somos la naturaleza.
La naturaleza nos devuelve la sensación de armonía y belleza. De integración con todo lo que tiene vida, todos los Seres que pertenecen al Planeta Tierra. La naturaleza limpia, purifica, revitaliza, energiza, nutre, protege, cura y cuida. La naturaleza es una extensión de nosotros mismos. Todo lo que existe en la naturaleza fuera de nosotros existe dentro de nosotros. Somos un microcosmos dentro de un macrocosmos. Todo lo que no es naturaleza es artificial, tóxico, impuro. Todo lo que es naturaleza es sostenible, sustentador y sublime.
PRACTICAR YOGA EN LA NATURALEZA
Siente con tu corazón cuál es el lugar más apropiado para estirar tu esterilla de yoga. Si hace sol, opta por extender tu esterilla bajo un árbol para estar a la sombra. - ¡Agradece al árbol con amor! Si está lloviendo, aprovecha la lluvia para mojar tu cuerpo, bendice el agua que viene del cielo y siente el placer de cada gota que corre por tu piel. Si hay viento, ve a la cima de la montaña, abre los brazos y deja que el viento se lleve todo lo que está estancado en tu vida y en tu ser. Si estás junto a un río, escucha la melodía, déjate llevar por el movimiento del agua en tu interior. Si estás junto al mar siente tu respiración como una ola que va y viene, relájate, déjate envolver por una dulce calma. Si tienes un arco iris, sonríe de felicidad y respira en ti los colores de la vida, los colores de la luz divina.
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